El matrimonio que contrajeron el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y Angélica Rivera en la catedral de Toluca en 2010 estuvo precedido de un proceso «plagado de irregularidades, falsedades y simulaciones» con el fin de expeditar la anulación del anterior enlace de la actriz con el productor José Alberto el Güero Castro.
Esa es la conclusión de un reportaje publicado el pasado fin de semana por la revista Proceso y Aristegui Noticias, el mismo medio que denunció favores en la compra de la ya famosa Casa Blanca de Rivera.
La investigación señala que la Arquidiócesis Primada de México colaboró en el montaje de una «maquinación» que permitiera llegar a Rivera y Peña Nieto al altar, parte de un «cuento de hadas» creado con el fin de construir «una candidatura presidencial impulsada desde la televisión».
Según recuerdan los autores de la información, Castro y Rivera –conocida como la Gaviota– se casaron en una ceremonia íntima en iglesia de Fátima de Ciudad de México en 2004 tras años de vivir juntos. Nueve días después organizaron en una playa de Acapulco una ceremonia de bendición de su enlace en la que ofició una misa el padre José Luis Salinas, conocido como el sacerdote de las estrellas por atender las necesidades pastorales de Televisa.
Cuatro años después la pareja se divorció por lo civil y al año siguiente, el 11 marzo de 2009, la Gaviota inició el proceso de invalidación del matrimonio, que el Tribunal de la Arquidiócesis concede en tiempo récord a los dos meses alegando «un defecto de forma canónica».
Rivera, en declaraciones poco después a la revista mexicana Quien, aseguró que en la ceremonia en la iglesia de Fátima se produjeron varias irregularidades. «No hubo anillo, no hubo lazo y, por si fuera poco, el padre de la iglesia de Fátima que firmó el acta no tenía permiso para celebrar el sacramento».
Paralelamente, por su misa en la playa, la jerarquía eclesiástica mexicana castiga al padre Salinas prohibiéndoles ejerecr el ministerio por haber actuado como sacerdote sin licencia, realizat tareas sacerdotales en Televisa sin autorización debida y «haber simulado» el matrimonio de Castro y Rivera.
Sin embargo, señala la investigación, la Iglesia no castigó al padre Ramón García López, que celebró la ceremonia en la iglesia de Fátima.
En una entrevista con los autores de la investigación, el padre García López aseguró «todo se realizó bien» en la ceremonia. En una carta incluida en el reportaje, el Güero Castro también señala que la boda en la iglesia de Fátima fue correcta.
En otro documento a favor de Salinas, un jesuita exrector de la Universidad Iberoamericana asegura que la anulación del matrimonio de Rivera «fue hecha a todo vapor, rápidamente y [estuvo] llena de irregularidades».
Años después, el Tribunal de la Rota del Vaticano calificó en una revisión del caso contra el padre Salinas que lo sucedido era «un craso simulacro de justicia», según se lee en un expediente en poder de Aristegui Noticias y Proceso.
En el reportaje se recuerda que las dudas acerca de la validez del matrimonio de Peña Nieto y Rivera no son nuevas y rescata una portada de la edición mexicana de la revista Hola de 2009 en la que Verónica Castro cuestiona la invalidación del enlace de su hermano, el Güero Castro.
«¿Ahora resulta que se casaron de mentira? ¿Ahora resulta que somos una bola de idiotas los que estuvimos aquel día?», se preguntó entonces la actriz. «A lo mejor todo se arregla con dinero o con una relación buena con el posible futuro presidente de México».