El agua es un elemento primordial en la vida del ser humano.Jugar en el agua les permite a los niños desarrollar mejor coordinación y relacionarse mejor con su cuerpo. No todos los pequeños se relacionan de la misma manera con el agua. Algunos les encantará sumergirse y sentirse como delfines debajo de ella, a otros les impresionará meter su cabecita debajo del agua; algunos salpicarán y disfrutarán de ello; otros preferirán deslizarse plácidamente, y hasta intentarán hacer la famosa planchita, sintiendo los sonidos y la paz que ella produce.
Hoy te contamos algunos datos interesantes para que los tengas en cuenta a la hora de iniciar a tu bebé en esa maravillosa experiencia llamada matronatación.
¿Por qué es buena la matronatación?
Si estás planeando comenzar con las clases de natación con tu bebé, lo ideal es que esperes que tu pequeño cumpla las seis semanas de vida. Ten en cuenta que si has sido sometida a una operación de cesárea en el momento del parto, es conveniente que aguardes hasta seis semanas después de que diste a luz. De esta manera, evitarás futuras y molestas infecciones.
Dentro del bolso que prepares para concurrir al natatorio donde aprenderás a nadar con tu bebé, debes incluir pañales descartables, especiales para nadar. Los hay con motivos muy alegres y coloridos. Todavía recuerdo que fueron mi salvación en mis primeras vacaciones en la playa con mi hija mayor.
No olvides un toallón para ti y uno para el bebé, en lo posible con capucha. Si tu bebé ha comenzado a ingerir sólidos, no olvides llevar algo como para que tu bebé pueda satisfacer su ansiedad, ya que la actividad en el agua puede provocar bastante hambre en los niños. Por último, y tal vez esté de más mencionarlo, prepara pañales y muda de ropa para el pequeño.
Seguridad en el agua para disfrutar con tranquilidad
Para que las clases sean un espacio donde puedas conectarte con alegría y tranquilidad con tu bebé, es necesario tener en cuenta algunas cosas con respecto al tema de la seguridad. Por empezar, siempre ten en cuenta que los bebés menores de seis meses necesitan que la temperatura esté a treinta y dos grados centígrados. Si notas que tu bebé comienza a temblar, es que tiene frío y deberás sacarlo del agua.
Ten en cuenta que si tu bebé tiene menos de un año de edad, será conveniente que comiences con clases de 10 minutos, hasta llegar a veinte minutos. Si notas algún tipo de afección en la piel del bebé, consulta con tu pediatra, ya que el cloro de la piscina puede estar afectándolo.
Sobre todo, juega con él; diviértete; déjate llevar por el encantador y refrescante beneficio del agua. Mantén siempre el contacto visual con tu bebé, conviértete en su mundo, esto le dará mucha confianza. Háblale y cántale, estimúlalo, felicitándolo todo el tiempo por sus avances.
fuente Imujer